LA
ANÉCDOTA MEJOR CONTADA
Era noviembre en París. Llegué a Francia, luego de
algunas dificultades, expulsado de España por la dictadura franquista, acusado
de atentar contra la seguridad del Estado español. Había llegado a España un
año antes, deportado por el gobierno militar de Velasco Alvarado, por
"pretender derrocar el Gobierno Revolucionario".
La prioridad en París fue encontrar medios de subsistencia, después vendrían la política y la universidad. Busqué a mi antiguo camarada y compañero de celda del "Sexto" Gerardo Benavides ("Chingolo"), con quien deambulamos por la ciudad lavando platos y vasos en las ferias internacionales, repartiendo propaganda en las esquinas, de "recoge bolas" en los partidos de tenis de Roland Garros, pintando puertas y ventanas, cuidando vehículos...
Precisamente buscando trabajo, "Chingolo", Jesús Santiago ("Chamaco"), permanente aventurero, capaz de superar cualquier embrollo, y yo recalamos en la pequeña plaza Falguiere. Julio Ramón vivía enfrente, en una pequeña vivienda, así que tocamos su puerta. Abrió Julio Ramón, en mangas de camisa y un cigarrillo ya casi en la colilla entre los dedos. Nos presentamos y pedimos hablar. Amablemente hizo que pasáramos a su pequeña sala. Le dijimos que buscábamos trabajo y que como aparentemente la fachada de su casa necesitaba una mano de pintura, ofrecimos hacer ese trabajo. Luego de algunos recuerdos del Perú y nuestras urgencias, Julio Ramón aceptó. Volveríamos el domingo siguiente. El precio pactado fue, si no recuerdo mal, seiscientos francos. No era mucho ni poco, pero a nosotros nos caería muy bien.
La prioridad en París fue encontrar medios de subsistencia, después vendrían la política y la universidad. Busqué a mi antiguo camarada y compañero de celda del "Sexto" Gerardo Benavides ("Chingolo"), con quien deambulamos por la ciudad lavando platos y vasos en las ferias internacionales, repartiendo propaganda en las esquinas, de "recoge bolas" en los partidos de tenis de Roland Garros, pintando puertas y ventanas, cuidando vehículos...
Precisamente buscando trabajo, "Chingolo", Jesús Santiago ("Chamaco"), permanente aventurero, capaz de superar cualquier embrollo, y yo recalamos en la pequeña plaza Falguiere. Julio Ramón vivía enfrente, en una pequeña vivienda, así que tocamos su puerta. Abrió Julio Ramón, en mangas de camisa y un cigarrillo ya casi en la colilla entre los dedos. Nos presentamos y pedimos hablar. Amablemente hizo que pasáramos a su pequeña sala. Le dijimos que buscábamos trabajo y que como aparentemente la fachada de su casa necesitaba una mano de pintura, ofrecimos hacer ese trabajo. Luego de algunos recuerdos del Perú y nuestras urgencias, Julio Ramón aceptó. Volveríamos el domingo siguiente. El precio pactado fue, si no recuerdo mal, seiscientos francos. No era mucho ni poco, pero a nosotros nos caería muy bien.
También les vamos a dar un alcance de la biografía
de éste gran escritor.
¿Quién es Julio Ramón Ribeyro?
El nació (Lima, 1929 - 1994) Escritor peruano,
figura destacada de la llamada Generación del 50 y uno de los mejores
cuentistas de la literatura hispanoamericana del siglo XX. Recibió su primera
enseñanza en el Colegio Champagnat de Lima, para posteriormente ingresar a la
Universidad Católica del Perú (1946), donde cursó letras y derecho. Abandonó
los estudios jurídicos en 1952, cuando se encontraba en el último año de la
carrera, al recibir una beca para estudiar periodismo en Madrid, adonde se
trasladó en noviembre del mismo año.
fue un escritor peruano,
considerado uno de los mejores cuentistas de la literatura latinoamericana. Es una figura destacada de la Generación
del 50 de su país, a la que también
pertenecen narradores como Mario Vargas Llosa, Enrique Congrains Martin y Carlos Eduardo Zavaleta. Su obra ha sido traducida al inglés, francés, alemán, italiano, holandés y polaco. Aunque el mayor volumen de su obra lo constituye su cuentista, también
destacó en otros géneros: novela, ensayo, teatro, diario y aforismo. En el año de 1994 (antes de su defunción) ganó el reconocido Premio
de Literatura Latinoamericana y del Caribe.
También para dejar bien en claro lo bueno que éste gran escritor les
presentamos una obra, el cual se verá a continuación.
La obra de Julio Ramón Ribeyro
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvizmiHQGcTukXDwuLdYmu4OEvcNgxsIxyGfEMbGeyK-7IPt6SLaeL423rOLpvPxNGGmKplNZ8NlDISW9tCjhe2aVcMPbdGNt4EhhULv0S0I3RraZvrKkMS3-Cy_7CDOFaPeIDtCSO96DF/s320/jjjjjjjjjjjj.jpg)
Considerado uno de los
mejores cuentistas hispanoamericanos, entre los volúmenes de cuentos que
publicó destacan Los gallinazos sin pluma (1955), Cuentos de
circunstancias (1958), Las botellas y los hombres (1964), Tres
historias sublevantes (1964), La juventud en la otra ribera (1973)
y Sólo para fumadores (1987), que fueron reunidos en las
recopilaciones La palabra del mudo (4 vols., 1973-92) y Cuentos
completos (1994).
El espacio acotado por
el autor es el de una burguesía limeña empobrecida, aunque incursiona a veces
en ambientes marginales, manteniendo el esquema básico de la expectativa
frustrada de los personajes, burócratas, seres grises y olvidados, sin voz,
víctimas de la trama cruel de la expansión urbana y de una incipiente
modernización. El trasfondo de estos relatos, a juzgar por la intención del
narrador, es mostrar el fin del orden aristocrático en manos de una burguesía
pragmática y vulgar.
En sus cuentos se percibe una
constante argumental cíclica: el examen del entorno social y humano, que
ratifica la certidumbre del fracaso de cualquier empeño; sus personajes, al
final de cada historia, se encuentran siempre enfrentados a la frustración.
Construyó así un mundo de poderosa coherencia interna, un universo dominado por
un profundo escepticismo y un fatalismo derivados de la observación de la
realidad. Este supuesto sustenta la sólida lógica interna de su cuentista, aun
cuando es posible encontrar en ella matices de intensidad y tono. Cabe agregar
que cultivó también relatos de corte fantástico, de excelente factura, pero que
componen un conjunto menor.
Las fuentes literarias de Ribeyro se
encuentran en los cauces del realismo del siglo XIX, y especialmente en la
escritura de Guy de Maupassant. A eso se debe, probablemente, que nunca se
haya esforzado en ocultar una abierta preferencia por la concepción tradicional
de la estructura y el lenguaje narrativos. Dueño de un estilo austero,
calificado como tradicional por su afinidad con los modelos clásicos, evitó las
técnicas experimentales de la novela moderna. Sin embargo, pese a este aparente
conservadurismo formal, sus cuentos fueron una contribución decisiva para
consolidar el paso de la narrativa indigenista a la narrativa urbana en el
Perú.
Ribeyro es también autor
de Prosas apátridas (1975), conjunto de breves apuntes, digresiones y
reflexiones sobre la actividad literaria, y de la serie de aforismos Dichos
de Luder (1989). El ensayo y la crítica literaria están representados
dentro de su obra por los artículos reunidos en La caza sutil (1976).
Es autor además de ocho piezas de teatro (algunas muy breves), entre las que
destacan Santiago, el pajarero, inspirada en una tradición del
escritor Ricardo Palma e incluida en una recopilación de su Teatro (1975),
y Atusparia (1981), que desarrolla en forma libre el tema del
levantamiento armado encabezado en 1885 por el alcalde indígena Pedro
Pablo Atusparia en la sierra peruana.
Según el mismo autor,
sus obras de teatro son retóricas y discursivas, construidas más sobre la
palabra que sobre la acción, lo que ha restado posibilidades a su puesta en
escena. Durante sus últimos años de vida comenzó la publicación de su diario
personal con el expresivo título de La tentación del fracaso, del que se
han publicado los tomos correspondientes a los años 1950-1960 (1992), 1960-1974
(1993) y 1975-1978 (1995). Póstumamente se dio a conocer la correspondencia que
mantuvo con su hermano, de la que se ha publicado un volumen bajo el
título Cartas a Juan Antonio. Tomo I: 1953-1958 (1996). A
continuación les presentamos todas sus obras y cuentos:
Obras
1955 Los gallinazos sin
plumas
1958 Cuentos de circunstancias
1964 Las botellas y los hombres
1964 Tres historias sublevantes
1972 Los cautivos
1972 El próximo mes me nivelo
1974 La palabra del mudo Compilación de sus cuentos completos. Existen varias ediciones.
1977 Silvio en El Rosedal
1977 El Carrusel
1977 Alienación
1987 Sólo para fumadores
1992 Relatos santacrucinos
1958 Cuentos de circunstancias
1964 Las botellas y los hombres
1964 Tres historias sublevantes
1972 Los cautivos
1972 El próximo mes me nivelo
1974 La palabra del mudo Compilación de sus cuentos completos. Existen varias ediciones.
1977 Silvio en El Rosedal
1977 El Carrusel
1977 Alienación
1987 Sólo para fumadores
1992 Relatos santacrucinos
Novelas
1960 Crónica de San
Gabriel
1965 Los geniecillos dominicales
1976 Cambio de guardia
1965 Los geniecillos dominicales
1976 Cambio de guardia
Teatro
1975 Santiago, el
Pajarero
1981 Atusparia
1981 Atusparia
CONCLUSIONES
- Fue el máximo
exponente del Realismo Urbano gracias a su extensa narrativa.
-Siempre trató de
manifestar o plasmar mediante sus obras la realidad o distintas realidades que
observaba en la sociedad.
- Su postura se
encontraba en defensa a las personas que eran discriminadas o maltratadas, es
por eso que ponía ejemplos como de los que habla en el fragmento de su obra La
palabra del mudo.
-Las obras de Julio
Ramón Ribeyro se aproximan mucho a la realidad que se ve hoy en día y la cual
era muy similar a la que se presentaba en su época, ya que en su época y en la
actualidad se van casos de racismo por el cual el escritor daba su apoyo a las
personas maltratadas y lo que observaba, él lo plasmaba para conllevar al
lector a una reflexión.
Para más información del escritor les dejo el siguiente vídeo:
En éste vídeo se muestra un resumen de su vida en su época.
Hola! Me dejaron un trabajoe acerca la obra de Ramón Ribeyro, y está información me sirvió de mucho; me ayudaron en gran parte de la tarea que me dejaron.
ResponderEliminarGracias!